SEMMELWEIS
Ignaz Semmelweis, nació el 1 de julio de 1818 en Taban. Fue el quinto de siete hermanos e hijo de comerciantes. Sus estudios médicos los realizó inicialmente en Hungría y luego en Viena, graduándose como médico obstetra en agosto de 1844. Fue un obstetra húngaro que a mediados del siglo XIX, precediendo los hallazgos de Pasteur y Lister, logró descubrir la naturaleza infecciosa de la fiebre puerperal, logrando controlar su aparición con una simple medida de antisepsia.
La sepsis ocasiona muchisimas muertes cada día, muchos de estos pacientes adquieren la infección estando hospitalizados y constituye la complicación intra-hospitalaria más frecuente. La infección nosocomial de pacientes por las manos contaminadas del personal de salud es una de la formas de diseminación de los agentes infecciosos. En la actualidad, la higiene de las manos es el factor individual más importante para el control de las infecciones. Aún en nuestros días, el lavado de manos es realizado sólo un tercio a la mitad de lo frecuente que debería ser hecho. En la actualidad, es difícil entender que un hecho tan rutinario en la práctica de la medicina, como lavarse las manos previo a examinar a un paciente, haya causado tanta controversia e, incluso, oprobio a la persona que lo planteó como una medida básica para la atención de un enfermo. Ese fue el caso de Ignaz Semmelweis quién no sólo descubrió que esta simple medida salvaba vidas, sino que por primera vez aplicó la comprobación estadística a sus hallazgos.
A los 28 años de edad fue nombrado asistente de la primera clínica ginecológica de Viena. Propuso el uso de soluciones con cloro para el lavado de manos de los médicos, antes y después de atender y examinar a sus pacientes. Esta medida se inició a mediados de mayo de 1847. Minuciosamente anotó durante temporadas el comportamiento de las muertes y descubrió que, con la medida del lavado de manos, éstas disminuyeron extraordinariamente. Consultó los archivos y registros del hospital de maternidad de Viena desde su apertura en 1784 hasta 1848.
A partir de 1860, el ánimo de Semmelweis decayó, sufrió importantes episodios depresivos, arranques de irritabilidad y cambios conductuales como la decisión de atender a sus pacientes en Budapest sólo en la noche. Esta sintoma-tología fue atribuida al estrés y a la incomprensión sufrida por parte de sus pares.
Sus amigos observaron un progresivo deterioro intelectual, psicosis con rasgos paranoideos y decidieron internarlo en un sanatorio en Viena. En el sanatorio se descubrió que Semmelweis presentaba una herida en unos de sus dedos, atribuyéndose a alguna cirugía, pero parece más cierto que se haya provocado en las medidas de contención que necesitó. La herida se gangrenó, se desarrollaron múltiples abscesos y Semmelweis murió el 13 de agosto de 1865 con 47 años de edad.
La importancia del aporte de Semmelweis a la obstetricia y medicina en general no ha sido aún superado siquiera por los avances de las nuevas tecnologías genéticas de los últimos años del siglo XX. La historia ha valorado a este médico húngaro de modo justo después de su muerte. Su vida fue la de un hombre que luchó con entereza y sin vacilación por sus ideales y convicciones.
No hay comentarios :
Publicar un comentario